lunes, 22 de febrero de 2010

Comentario: Davis

WILLIAM MORRIS DAVIS
El ciclo geográfico
La clasificación genética de las formas de relieve
Todas las variadas formas del terreno dependen –o, como se diría en lenguaje matemático, son función de– tres variables, que se pueden denominar estructura, proceso y tiempo. Inicialmente, cuando las fuerzas de deformación y levantamiento acaban de determinar la constitución y disposición de una región, la forma de su superficie traduce directamente su organización interna y su altura está en relación directa con la intensidad del levantamiento que ha sufrido. Si sus rocas fuesen capaces de soportar sin variar el ataque de los procesos externos, su superficie permanecería inalterada hasta que las fuerzas de deformación y levantamiento actuasen otra vez; en estas condiciones la estructura resultaría el único control de la forma. Pero las rocas no son inalterables; hasta las más resistentes ceden ante el ataque de los agentes atmosféricos y se fragmentan en derrubios que son arrastrados por las aguas y se deslizan por las pendientes; por lo tanto, todas las formas, sea cual sea su altura y resistencia, han de acabar por ser arrasadas y, de este modo, el proceso erosivo adquiere un papel equivalente al de la estructura en la determinación de la forma de un volumen de terreno. El proceso, sin embargo, no puede realizar por completo su acción en un instante y, por lo tanto, la importancia de la transformación a partir de la forma inicial es función del tiempo. Así el tiempo completa el trío de controles geográficos y es, entre ellos, uno de los de más frecuente aplicación y más validez práctica en la descripción geográfica. [...]

La geografía “teórica”
Es evidente que esta propuesta de clasificación geográfica basada en estructura, proceso y tiempo ha de ser deductiva en alto grado. Y reconocemos expresamente que lo es. Como consecuencia de ello, el esquema adquiere un verdadero carácter “teórico” que no es del gusto de algunos geógrafos, cuyas investigaciones parten de la idea de que la Geografía, a diferencia de las otras ciencias, debe desarrollarse sólo mediante el uso de ciertas facultades mentales, en especial las de observación, descripción y generalización. Pero parece claro que la Geografía ya se ha perjudicado demasiado por no utilizar la imaginación, la invención, la deducción y las demás facultades mentales que contribuyen al logro de una explicación rigurosa. Es como andar con un pie o ver con un ojo excluir de la Geografía la mitad “teórica” de la capacidad cerebral, que otras ciencias consideran conveniente poner por encima de la mitad “práctica”. Verdaderamente, sólo de un malentendido puede resultar la idea de que existe una contraposición entre teoría y práctica, pues en Geografía, como en toda labor científica válida, ambas se ejercen siempre de forma concertada y fructífera. Está claro que no se puede alcanzar un desarrollo completo de la Geografía hasta que todas las facultades mentales cuyo cultivo resulte adecuado en algún sentido sean dominadas y ejercitadas en la
investigación geográfica.

[...]

Es importante recalcar que el geógrafo necesita conocer el sentido, el modo de explicación y el origen de las formas que observa, y que para ello es una gran ayuda precisar y describir con todo rigor dichas formas. Sin duda hay que asumir este principio y tenerlo siempre presente, si se quiere evitar el error de confundir los objetos del estudio geográfico con los del geológico. Este último analiza los cambios ocurridos en el pasado en sí mismos, puesto que la Geología trata de la historia de la Tierra, mientras que el primero sólo estudia las transformaciones pasadas en tanto que sirven para dar razón del presente, dado que la Geografía trata esencialmente de lo que ahora existe en la Tierra. La estructura es un elemento importante en el estudio geográfico, porque en la mayoría de los casos influye en la forma; nadie trataría hoy de describir el Weald sin hacer referencia a los lechos de margas resistentes que dan lugar a sus colinas marginales. Una importancia equivalente tiene el proceso, pues en todos los casos ha influido en mayor o menor grado en la determinación de la forma, y siempre se encuentra en actividad. Es verdaderamente curioso encontrar manuales de Geografía en los que se incluyen como partes de su contenido los vientos, los arroyos y los ríos, mientras que la meteorización o los fenómenos de arrastre no son en absoluto tomados en consideración. El tiempo es indudablemente un importante elemento geográfico, porque allí donde las fuerzas de levantamiento y deformación han desencadenado hace poco (a escala geológica) un ciclo de transformación, los procesos destructivos sólo han podido efectuar una reducida acción y el relieve es “joven”; donde ha transcurrido más tiempo, la superficie ha de haber sido más intensamente erosionada y el relieve pasa a ser “maduro”; y donde ha transcurrido un período muy dilatado desde el levantamiento inicial, la superficie habrá sido reducida a una llanura de escaso relieve desarrollada poco por encima del nivel del mar, y la morfología se puede denominar “vieja”. De esta manera se ha de desplegar una serie completa de formas a lo largo de la historia de una región determinada, y todas las formas de dicha serie, aunque a primera vista puedan parecer independientes, pueden ser relacionadas desde el punto de vista temporal en tanto que expresión de diferentes etapas en el desarrollo de una misma estructura. La larva, la ninfa y el imago de un insecto, o la bellota, la encina desarrollada y el viejo tronco caído no están más naturalmente asociadas, al representa diferentes fases en la vida de una misma especie orgánica, que el joven bloque montañoso, los picos y valles montanos esculpidos en el estadio de madurez y la vieja montaña casi arrasada, que representan diferentes momentos en la vida de un mismo conjunto geográfico. Del mismo modo que las formas del relieve, las acciones que sobre ellas tienen lugar cambian de comportamiento y configuración al pasar el tiempo. Una forma de relieve joven presenta canales de erosión torrencial también jóvenes, mientras que un relieve viejo ha de tener viejos cursos de agua con lenta e incluso imperceptible corriente, como después se explicará con más detalle.

El ciclo geográfico ideal
De acuerdo con esto, la secuencia en el desarrollo de las transformaciones de las formas del terreno es tan sistemática como la sucesión de cambios en el más conocido desarrollo de las formas orgánicas. Es fundamentalmente por esta razón por la que el estudio de la génesis de las formas de relieve –o Geomorfología, como algunos lo llaman– resulta un apoyo práctico, útil al geógrafo desde todos los puntos de vista. Y ello quedaría más claro mediante la consideración detallada de un caso ideal, que convendría apoyar con un gráfico.

En la figura, la línea horizontal α-ω representa el paso del tiempo, mientras que las verticales perpendiculares a ella expresan la altitud sobre el nivel del mar. En la época 1, una región con una determinada estructura y forma ha sido levantada, representando B la altitud media de sus partes más altas y A, la de sus partes más bajas, expresando en consecuencia AB el relieve medio inicial. La superficie del roquedo es atacada por los agentes atmosféricos. El impacto de la lluvia en la superficie impuesta a la intemperie y el arrastre por el agua de los elementos accionados por ella rehúnden las pendientes iniciales tendiendo a generar perfiles cóncavos, cuyas pendientes convergen; en ellos se establecen corrientes que fluyen en sentidos conformes al descenso de dichas líneas de concavidad. El mecanismo de los procesos destructivos se pone así en movimiento y comienza el modelado de la región. Los ríos más importantes, cuyos lechos inicialmente tienen una altitud A, excavan rápidamente sus valles y en la época 2 han hecho descender dichos lechos a una altitud mediana, representada por C. Los sectores más altos de los territorios situados entre los citados cursos de agua, afectados sólo por la meteorización como consecuencia de la concentración en estos últimos de aguas, son rebajados con mucha mayor lentitud, y en la época 2 han visto reducida su altura solamente hasta D. De este modo el relieve del territorio resulta acrecentado en el paso de AB a CD. A partir de este momento los ríos principales van disminuyendo su ritmo de excavación durante el resto de su desarrollo, como expresa la curva CEGJ, y el ataque a las tierras más elevadas, cada vez más fragmentadas por la red de corrientes, pasa a ser más rápido que la profundización de los valles principales, como se observa comparando las curvas DFHK y CEGJ. El intervalo 3-4 es en el que se registra el más rápido rebajamiento de los sectores elevados y está por ello en fuerte contraste con el período 1-2, en el que es más rápida la excavación de los valles principales. En el período inicial el relieve va aumentando rápidamente de energía al abrirse, siguiendo las concavidades primarias, valles de vertientes escarpadas. A lo largo del período 2-3 se alcanza la máxima energía del relieve y la complejidad de las formas se incrementa de forma muy importante por la incisión remontante de los valles secundarios. Durante el período 3-4 el relieve va perdiendo energía con más velocidad que nunca y la pendiente de las vertientes de los valles se va suavizando progresivamente; en todo caso, estas transformaciones se producen con mucha mayor lentitud que en el primer período. De la época 4 en adelante el relieve que aún permanece se va reduciendo más y más, haciéndose las pendientes cada vez menores, de modo que en algún momento posterior al último estadio representado en el diagrama la región, cualquiera que fuese su altura originaria, es sólo una llanura baja y ondulada. Este último proceso de transformación se realiza con tal lentitud que reducir a la mitad la pequeña distancia JK requiere tanto tiempo como el transcurrido hasta alcanzarla; y, dado que sólo han de quedar pendientes muy suaves, la posterior continuación de ataque por fuerza ha de ser sumamente lenta. La frecuencia de los arrastres torrenciales y de los desprendimientos de tierra en las montañas jóvenes y maduras, en contraste con la quietud de las perezosas corrientes y los lentos movimientos del suelo en las superficies de erosión es un asunto tan estrictamente geográfico como de interés geológico.
De este breve análisis se desprende que un ciclo geográfico puede subdividirse en varias partes de desigual duración, cada una de las cuales se caracteriza por una energía y un tipo de relieve y por un ritmo de transformación, así como por la cuantía del cambio acumulada desde el comienzo de dicho ciclo. Habrá una breve juventud caracterizada por un rápido aumento de la energía del relieve, una madurez con un vigoroso relieve y una gran variedad de formas, un período de transición, en el que el relieve decrece en poco tiempo aunque con poca intensidad, y una indefinidamente prolongada vejez caracterizada por un suave relieve, en la que los cambios son abrumadoramente lentos. No existe, por supuesto, solución de continuidad entre estas subdivisiones o etapas; cada una se subsume en la que le sigue, aunque cada una está caracterizada básicamente y diferenciada por rasgos que no se dan en las otras.

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3 comentarios:

dani dijo...

WILLIAM MORRIS DAVIS
“EL CICLO GEOGRÁFICO”
IDEA PRINCIPAL
Davis nos expone su teoría del ciclo geográfico ideal en geomorfología.
RESUMEN BASICO
El autor nos presenta la base metodológica de su teoría basada en tres principios: estructura, proceso y tiempo para pasar en el siguiente apartado a criticar la escasa practicidad de la geografía que realiza la escuela alemana para terminar desarrollando su teoría del ciclo geográfico ideal basado en el levantamiento y posterior arrasamiento como explicación de las distintas formas de relieve.
COMENTARIO CRÍTICO
Davis entiende que la geografía trata de entender lo que actualmente existe en la Tierra.
El método utilizado es inductivo utilizando la observación, descripción, la imaginación, la invención con el fin de poner en práctica las conclusiones o generalidades a las que se llegue con el estudio geográfico. El objeto de estudio en este texto son las formas de relieve y el objetivo es encontrar una ley general que se pueda aplicar a todas las formas y procesos de relieve.
El lenguaje es correcto e introduce algo innovador como es el lenguaje grafico.
CRITICA PERSONAL
Davis es un geógrafo de la escuela americana en la cual la teoría de la evolución de Darwin está muy presente como se puede comprobar en la teoría del ciclo geográfico donde se nos muestra la evolución de las formas de relieve. Por esta razón es crítico con la escuela alemana contemporánea y con la geología (recordar que la escuela alemana está formada en su mayoría por geólogos) al considerar que estos hacen una mera catalogación e identificación de las formas de relieve sin considerar su evolución o su génesis que es lo que el autor denomina “practica” en la geografía. Como negativo en el autor y en especial en la época positivista a la que pertenece se puede decir que engloban a la geografía en lo que es el estudio de su forma por el elevado ambientalismo de la época, y lo relacionan poco con el ser humano.

Manu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Manu dijo...

5.- William Morris Davis: El ciclo geográfico

Es significativo el comienzo: con la clasificación genética hace una referencia a Darwin, y con una precisión a través del lenguaje matemático. Esto encuadra al autor de lleno en la geografía positivista. En este estudio establecerá un auténtico modelo matemático para la génesis y erosión del relieve. Su objeto de estudio son las formas del terreno.

Para él depende de tres variables: estructura, proceso y tiempo. Se centrará en la geomorfología y por ello el ciclo erosivo está en el centro de su estudio, que para él será el proceso alterador determinante. Marcará distancia con la geología

Expone por tanto una teoría deductiva, basada en un modelo matemático en función del tiempo, de las cotas máximas y mínimas de un nuevo relieve a través del ciclo erosivo. Acepta que el método deductivo no será del agrado de sus colegas geógrafos, pero establece que la observación y la descripción no es válida sin la generalización a través de la deducción, a través de la imaginación y la invención, que para él no está reñido con el rigor.

Otro elemento en el que se basa su modelo, es en la unidad del relieve, y la imposibilidad de fragmentación de los procesos erosivos, que actúa sobre todos los relieves por igual: simplemente los afectará de forma distinta dependiendo del grado de vejez del relieve.

Por tanto, su ciclo geográfico ideal se dividirá en 5 fases, y a grandes rasgos es el siguiente: el relieve se crea en un proceso orogénico por lo general corto, que da como resultado grandes altitudes tanto de las cumbres como de las partes bajas, con un relieve moderado. A esto le sucede otra fase en la que se erosionará fundamentalmente la parte de los valles, fruto del abrupto desnivel que se irá profundizando con la erosión fluvial. Las cumbres se erosionan por meteoros, y es una erosión más lenta. La tercera fase supone un menor desgaste de los valles. Cuando éstos ya no son significativamente horadados, serán las cumbres las que comiencen a tener un mayor desgaste por erosión derivada de la meteorización. La última fase es la que corresponde a unas cumbres ya muy moderadas, y unos valles muy erosionados, dando lugar a un paisaje de lomas, ya en su vejez, que irá dando paso a una penillanura.

El autor lo explica de una forma más matemática, con el establecimiento de parámetros en cada punto, de cara a explicar las pendientes de cada recta. Cuanta más pendiente, se dará una erosión más rápida, dando además como resultado un gráfico bastante visual. Esta forma de hacer geografía es muy novedosa en el momento, y permite aproximarla aún más a las ciencias.

En este caso, el autor no pretende encontrar la globalidad, ni la absoluta comprensión de la Geografía. Simplemente añade su teoría para la discusión. Propone el método deductivo, elabora una teoría bastante razonable y razonada, y sirve como una reflexión y avance para la geomorfología. Morris Davis no pasará a la historia de la Geografía al nivel de otros geógrafos, pero supone la aplicación de un método deductivo frente a la preponderancia de lo inductivo, y es capaz de generalizar un modelo y representarlo de forma gráfica, que han sido dos técnicas complejas de utilizar en los estudios geográficos por la forma tradicional de realizar geografía.