lunes, 22 de febrero de 2010

COMENTARIO DE TEXTO DE ESTRABÓN

COMENTARIO DE TEXTO DE ESTRABÓN
La idea principal del texto es la descripción de Turdetania, territorio que corresponde al sur de la península Ibérica (Al- Ándalus). Esta descripción comprende tanto los aspectos físicos como humanos, aunque Estrabón da más importancia a estos últimos.
El texto está dividido en las siguientes partes:
- En primer lugar el autor delimita la situación extensión de Turdetania, la cual describirá con más detalle posteriormente. Esta delimitación se hace a través de accidentes geográficos, tales como ríos. También se enumeran los pueblos que allí habitan.
- A continuación, nos habla de las ciudades, describiendo las principales características de los núcleos más destacados de Turdetania, así como los rasgos de mayor importancia. Algunas de las ciudades que se nombran son Córduba o Conistorgis.
- Posteriormente Estrabón habla de la red fluvial, como comentaba Manuel, en el texto se da mucha importancia a los ríos, ya que según el autor, algunos de ellos imponen los límites de Turdetania. Da un gran valor a la navegabilidad de los dos ríos más importantes el Betis y el Anax (Guadalquivir y Guadiana), junto con el paisaje que domina (riberas) y las características de las embarcaciones que pueden recorrerlos. Esa importancia de la navegabilidad es destacada por Estrabón, ya que implica una intensa actividad mercantil, que es lo que verdaderamente a él le interesa.
- Siguiendo con la descripción del medio físico a grandes rasgos, se pasa hablar de las cadenas montañosas y las llanuras, que se encuentran a ambos lados de los ríos, las cuales se encuentran ligadas al desarrollo de la minería en la región, por un lado, y a la ganadería por otro; de ambas él autor tratará también más adelante. Se describen también las depresiones que avanzan desde el litoral hacia el interior, relacionándolas con la navegación hasta las ciudades gracias a las mareas.
- Por último, Estrabón pasa a hablar de la actividad económica, a la cual presta especial atención. En Turdetania es abundante producción de todo tipo de productos, pudiendo exportarles a otros territorios a través de la navegabilidad de sus ríos y aprovechando su situación costera. Se mencionan múltiples sectores en los que los excedentes son numerosos, como trigo, vino, aceite, miel, lana, etc. También se habla de actividades económicas tales como la construcción naval en los astilleros, o la industria del salazón de pescado a través de minas de sal y corrientes salobres. Se menciona la exportación principalmente hacia el mar Mediterráneo, hacia el puerto de Roma. El autor dedica un espacio especial a ganadería y a la pesca, junto con la actividad minera, siendo inagotables los recursos ganaderos y la riqueza de especies en lo referido a la ganadería. En cuanto al pescado, Estrabón aclara la rivalidad que puede surgir entre el área costera de Turdetania frente al interior de la misma, debido a ser la primera aún más rica que esta última por su abundante actividad pesquera. Para terminar se destaca el hecho de encontrar numerosos y diversos minerales en un territorio reducido, como es dicha región.
Respecto al análisis crítico, Estrabón tiene un claro concepto de la geografía como geografía descriptiva, al analizar el espacio como el escenario de la geografía, en el que se desarrolla la actividad humana (actividades económicas), en el que se ubican las ciudades, y en el que el medio físico condicionan todo lo anterior. Por tanto, Estrabón solo se centra en el mundo habitado.
Se realiza un tipo de análisis geográfico similar al de la geografía clásica o la geografía griega pero orientada hacia el estudio regional. Así, el principal objetivo de la obra de Estrabón era dar a conocer el área de estudio.
Por tanto la metodología que emplea se basa en un perfecto esquema con su correspondiente orden y jerarquización de sus elementos, en el cual no falta una primera descripción y delimitación del área de estudio, ni las características principales de cada una de las partes que componen la misma. Es un análisis, no de conjunto, sino por partes.
CONSLUSIONES:
- La descripción del medio físico, además de dar a conocer el territorio que vamos a abordar, sirve al autor para esclarecer una clara relación entre éste y el desarrollo económico de la región
- Desde mi opinión, el autor centra gran parte de la descripción en varios aspectos concretos y deja pasar otros a los cuales ni siquiera menciona. En primer lugar, nombra a varios miembros históricos que habitaron en las ciudades de la antigua Turdetania, pero no describe las características principales de la población que forma dicha región. Por otro lado, se extiende describiendo los animales marinos (cetáceos, congrios, etc.) y apenas presta atención a “la inagotable riqueza del ganado y la caza”.
- Está claro que Estrabón se centra en el aprovechamiento de los recursos económicos, los cuales relaciona con el nivel desarrollo. Este aspecto es muy importante teniendo en cuenta la época en la que nos encontramos.

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Comentario de texto AL-IDRISI.

COMENTARIO DE TEXTO AL-IDRISI.

La idea principal del texto como comentaba David es una descripción general de la península Ibérica a mediados del siglo XII, centrándose el autor en las distintas provincias y ciudades, las distancias y caminos que las separan, así como las actividades que se desarrollan en las mismas.
Para ello el autor comienza delimitando la situación de España, la cual compara con un triángulo (influenciado por Ptolomeo) y determina su longitud y anchura en millas. También nos dice que la península está divida en dos partes por una larga cadena montañosa (“Las Sierras”), al sur de las cuales estaría Toledo, capital de España en la época de los cristianos. Por último, comprende la división del país en provincias y departamentos.
A continuación Al-Idrisi pasa a describir algunas de las provincias más importantes situadas al sur de España, dentro de lo que hoy en día conocemos como Andalucía. Encontramos:
• Lago, que comprende entre otras ciudades a Tarifa, la isla Verde, la isla de Cádiz, el fuerte de Arcos, Beca, Xerez o Tuxena.
• Sevilla: y sus ciudades como Sevilla, Carmona o Galsana.
• Campania: Se encuentra en ella la ciudad de Córdoba, como también Écija o Lucena.
• Osuna: Aparece en el mapa situada al sur de la anterior pero su extensión es poco considerable, según el autor.
• Raya: Se encuentra hacia el este tras Osuna, y en ella destacan Málaga o Marbella.
• Alpujarras: Es una de las más extensas, en la que se sitúa Jaén.
• Pechina: Se encuentra al sureste de la anterior, y en ella encontramos ciudades como Almería.
• Elvira: Destaca en esta provincia la ciudad de Granada, aunque también en la costa estaría Almuñecar.
• Farmera/Paramera: Esta provincia no aparece en el mapa, pero el autor dice que limita con las Alpujarras y que en ella se localiza Baeza.
• Todmir: Corresponde a la provincia de Murcia, en la que también destacaban Orihuela, Cartagena o Lorca.
• Cuenca: En ella se encuentran Elche, Alicante, Cuenca, etc
• De la descripción de las provincias, Idrisi desciende un nivel para pasar a comentar algunas de las ciudades más importantes como: Tarifa, Algeciras, Faisana, Sevilla, Aljarafe, Niebla y Saltis. Nos aporta información sobre la población, las actividades económicas predominantes, los ríos, las distancias entre unas y otras etc, aunque el autor se centra en Algeciras o Sevilla.
Realizando ya un análisis crítico podemos observar como Al-Idrisi aporto numerosa información geográfica a los conocimientos de su época gracias a sus viajes. Por lo que Su concepto geográfico es el de aportar información útil sobre las ciudades principalmente, y así dar a conocer al resto dichos lugares para sus viajes o cualquier otro uso. Toda esta información geográfica se ve entralaza con reseñas históricas.
Este autor pertenece a la etapa conocida como geografía medieval, por lo que practicaba una geografía meramente descriptiva tal y como podemos al observar al leel el texto. Como comentaba David el texto tiene cierta connotación religiosa, ya que esta etapa está caracterizada también por el dominio de los conceptos religiosos frente a los meramente geográficos, lo que supone un retroceso del conocimiento.
Idrisi emplea algunos conceptos geográficos significativos como por ejemplo: la utilización del término “Mediodía” como punto cardinal o dirección, empleando siempre esta denominación en vez de “el este”. Además para hablar de las distancias utiliza diferentes medidas y expresiones como “la jornada” o el “tiro de piedra”.
Respecto al método, Al-Idrisi comienza su narración con una introducción en la que analiza los aspectos generales de la península ibérica, como son sus medidas de longitud y anchura, su delimitación o su contexto político en cuanto a su división en aquellos momentos. Posteriormente realiza un análisis detallado y punto por punto de las distintas áreas por las que él se ha movido, siendo principalmente él área musulmana. Realiza una geografía basada en el itinerario (descriptiva) pasando en este caso, de lo general (España) a lo particular (las diferentes villas). Así en los lugares de mayor importancia aporta más información, que puntualizan aspectos físicos, históricos o territoriales, como puede ser el caso de Sevilla o Algeciras que comentábamos anteriormente.
En conclusión, podemos comprobar como para Idrisi, al practicar una geografía descriptiva y basarse en los itinerarios detallados, los viajes son fundamentales para su conocimiento.
El objetivo de este texto geográfico además, no es la mera descripción regional del espacio, sino el conocimiento de aquellas áreas de las cuales se pueda extraer algún beneficio, en aquella época beneficio referido al comercio con las sociedades musulmanas. Esto se demuestra al no hablar de todas las villas, sino únicamente de algunas.

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Prueba de Teoría y Métodos

La prueba parcial de Teoría y Métodos de la Geografía se celebrará el día 26 de febrero de 2010 en el aula 110, de 10:00 a 13:00

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Comentario: Davis

WILLIAM MORRIS DAVIS
El ciclo geográfico
La clasificación genética de las formas de relieve
Todas las variadas formas del terreno dependen –o, como se diría en lenguaje matemático, son función de– tres variables, que se pueden denominar estructura, proceso y tiempo. Inicialmente, cuando las fuerzas de deformación y levantamiento acaban de determinar la constitución y disposición de una región, la forma de su superficie traduce directamente su organización interna y su altura está en relación directa con la intensidad del levantamiento que ha sufrido. Si sus rocas fuesen capaces de soportar sin variar el ataque de los procesos externos, su superficie permanecería inalterada hasta que las fuerzas de deformación y levantamiento actuasen otra vez; en estas condiciones la estructura resultaría el único control de la forma. Pero las rocas no son inalterables; hasta las más resistentes ceden ante el ataque de los agentes atmosféricos y se fragmentan en derrubios que son arrastrados por las aguas y se deslizan por las pendientes; por lo tanto, todas las formas, sea cual sea su altura y resistencia, han de acabar por ser arrasadas y, de este modo, el proceso erosivo adquiere un papel equivalente al de la estructura en la determinación de la forma de un volumen de terreno. El proceso, sin embargo, no puede realizar por completo su acción en un instante y, por lo tanto, la importancia de la transformación a partir de la forma inicial es función del tiempo. Así el tiempo completa el trío de controles geográficos y es, entre ellos, uno de los de más frecuente aplicación y más validez práctica en la descripción geográfica. [...]

La geografía “teórica”
Es evidente que esta propuesta de clasificación geográfica basada en estructura, proceso y tiempo ha de ser deductiva en alto grado. Y reconocemos expresamente que lo es. Como consecuencia de ello, el esquema adquiere un verdadero carácter “teórico” que no es del gusto de algunos geógrafos, cuyas investigaciones parten de la idea de que la Geografía, a diferencia de las otras ciencias, debe desarrollarse sólo mediante el uso de ciertas facultades mentales, en especial las de observación, descripción y generalización. Pero parece claro que la Geografía ya se ha perjudicado demasiado por no utilizar la imaginación, la invención, la deducción y las demás facultades mentales que contribuyen al logro de una explicación rigurosa. Es como andar con un pie o ver con un ojo excluir de la Geografía la mitad “teórica” de la capacidad cerebral, que otras ciencias consideran conveniente poner por encima de la mitad “práctica”. Verdaderamente, sólo de un malentendido puede resultar la idea de que existe una contraposición entre teoría y práctica, pues en Geografía, como en toda labor científica válida, ambas se ejercen siempre de forma concertada y fructífera. Está claro que no se puede alcanzar un desarrollo completo de la Geografía hasta que todas las facultades mentales cuyo cultivo resulte adecuado en algún sentido sean dominadas y ejercitadas en la
investigación geográfica.

[...]

Es importante recalcar que el geógrafo necesita conocer el sentido, el modo de explicación y el origen de las formas que observa, y que para ello es una gran ayuda precisar y describir con todo rigor dichas formas. Sin duda hay que asumir este principio y tenerlo siempre presente, si se quiere evitar el error de confundir los objetos del estudio geográfico con los del geológico. Este último analiza los cambios ocurridos en el pasado en sí mismos, puesto que la Geología trata de la historia de la Tierra, mientras que el primero sólo estudia las transformaciones pasadas en tanto que sirven para dar razón del presente, dado que la Geografía trata esencialmente de lo que ahora existe en la Tierra. La estructura es un elemento importante en el estudio geográfico, porque en la mayoría de los casos influye en la forma; nadie trataría hoy de describir el Weald sin hacer referencia a los lechos de margas resistentes que dan lugar a sus colinas marginales. Una importancia equivalente tiene el proceso, pues en todos los casos ha influido en mayor o menor grado en la determinación de la forma, y siempre se encuentra en actividad. Es verdaderamente curioso encontrar manuales de Geografía en los que se incluyen como partes de su contenido los vientos, los arroyos y los ríos, mientras que la meteorización o los fenómenos de arrastre no son en absoluto tomados en consideración. El tiempo es indudablemente un importante elemento geográfico, porque allí donde las fuerzas de levantamiento y deformación han desencadenado hace poco (a escala geológica) un ciclo de transformación, los procesos destructivos sólo han podido efectuar una reducida acción y el relieve es “joven”; donde ha transcurrido más tiempo, la superficie ha de haber sido más intensamente erosionada y el relieve pasa a ser “maduro”; y donde ha transcurrido un período muy dilatado desde el levantamiento inicial, la superficie habrá sido reducida a una llanura de escaso relieve desarrollada poco por encima del nivel del mar, y la morfología se puede denominar “vieja”. De esta manera se ha de desplegar una serie completa de formas a lo largo de la historia de una región determinada, y todas las formas de dicha serie, aunque a primera vista puedan parecer independientes, pueden ser relacionadas desde el punto de vista temporal en tanto que expresión de diferentes etapas en el desarrollo de una misma estructura. La larva, la ninfa y el imago de un insecto, o la bellota, la encina desarrollada y el viejo tronco caído no están más naturalmente asociadas, al representa diferentes fases en la vida de una misma especie orgánica, que el joven bloque montañoso, los picos y valles montanos esculpidos en el estadio de madurez y la vieja montaña casi arrasada, que representan diferentes momentos en la vida de un mismo conjunto geográfico. Del mismo modo que las formas del relieve, las acciones que sobre ellas tienen lugar cambian de comportamiento y configuración al pasar el tiempo. Una forma de relieve joven presenta canales de erosión torrencial también jóvenes, mientras que un relieve viejo ha de tener viejos cursos de agua con lenta e incluso imperceptible corriente, como después se explicará con más detalle.

El ciclo geográfico ideal
De acuerdo con esto, la secuencia en el desarrollo de las transformaciones de las formas del terreno es tan sistemática como la sucesión de cambios en el más conocido desarrollo de las formas orgánicas. Es fundamentalmente por esta razón por la que el estudio de la génesis de las formas de relieve –o Geomorfología, como algunos lo llaman– resulta un apoyo práctico, útil al geógrafo desde todos los puntos de vista. Y ello quedaría más claro mediante la consideración detallada de un caso ideal, que convendría apoyar con un gráfico.

En la figura, la línea horizontal α-ω representa el paso del tiempo, mientras que las verticales perpendiculares a ella expresan la altitud sobre el nivel del mar. En la época 1, una región con una determinada estructura y forma ha sido levantada, representando B la altitud media de sus partes más altas y A, la de sus partes más bajas, expresando en consecuencia AB el relieve medio inicial. La superficie del roquedo es atacada por los agentes atmosféricos. El impacto de la lluvia en la superficie impuesta a la intemperie y el arrastre por el agua de los elementos accionados por ella rehúnden las pendientes iniciales tendiendo a generar perfiles cóncavos, cuyas pendientes convergen; en ellos se establecen corrientes que fluyen en sentidos conformes al descenso de dichas líneas de concavidad. El mecanismo de los procesos destructivos se pone así en movimiento y comienza el modelado de la región. Los ríos más importantes, cuyos lechos inicialmente tienen una altitud A, excavan rápidamente sus valles y en la época 2 han hecho descender dichos lechos a una altitud mediana, representada por C. Los sectores más altos de los territorios situados entre los citados cursos de agua, afectados sólo por la meteorización como consecuencia de la concentración en estos últimos de aguas, son rebajados con mucha mayor lentitud, y en la época 2 han visto reducida su altura solamente hasta D. De este modo el relieve del territorio resulta acrecentado en el paso de AB a CD. A partir de este momento los ríos principales van disminuyendo su ritmo de excavación durante el resto de su desarrollo, como expresa la curva CEGJ, y el ataque a las tierras más elevadas, cada vez más fragmentadas por la red de corrientes, pasa a ser más rápido que la profundización de los valles principales, como se observa comparando las curvas DFHK y CEGJ. El intervalo 3-4 es en el que se registra el más rápido rebajamiento de los sectores elevados y está por ello en fuerte contraste con el período 1-2, en el que es más rápida la excavación de los valles principales. En el período inicial el relieve va aumentando rápidamente de energía al abrirse, siguiendo las concavidades primarias, valles de vertientes escarpadas. A lo largo del período 2-3 se alcanza la máxima energía del relieve y la complejidad de las formas se incrementa de forma muy importante por la incisión remontante de los valles secundarios. Durante el período 3-4 el relieve va perdiendo energía con más velocidad que nunca y la pendiente de las vertientes de los valles se va suavizando progresivamente; en todo caso, estas transformaciones se producen con mucha mayor lentitud que en el primer período. De la época 4 en adelante el relieve que aún permanece se va reduciendo más y más, haciéndose las pendientes cada vez menores, de modo que en algún momento posterior al último estadio representado en el diagrama la región, cualquiera que fuese su altura originaria, es sólo una llanura baja y ondulada. Este último proceso de transformación se realiza con tal lentitud que reducir a la mitad la pequeña distancia JK requiere tanto tiempo como el transcurrido hasta alcanzarla; y, dado que sólo han de quedar pendientes muy suaves, la posterior continuación de ataque por fuerza ha de ser sumamente lenta. La frecuencia de los arrastres torrenciales y de los desprendimientos de tierra en las montañas jóvenes y maduras, en contraste con la quietud de las perezosas corrientes y los lentos movimientos del suelo en las superficies de erosión es un asunto tan estrictamente geográfico como de interés geológico.
De este breve análisis se desprende que un ciclo geográfico puede subdividirse en varias partes de desigual duración, cada una de las cuales se caracteriza por una energía y un tipo de relieve y por un ritmo de transformación, así como por la cuantía del cambio acumulada desde el comienzo de dicho ciclo. Habrá una breve juventud caracterizada por un rápido aumento de la energía del relieve, una madurez con un vigoroso relieve y una gran variedad de formas, un período de transición, en el que el relieve decrece en poco tiempo aunque con poca intensidad, y una indefinidamente prolongada vejez caracterizada por un suave relieve, en la que los cambios son abrumadoramente lentos. No existe, por supuesto, solución de continuidad entre estas subdivisiones o etapas; cada una se subsume en la que le sigue, aunque cada una está caracterizada básicamente y diferenciada por rasgos que no se dan en las otras.

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